Tal vez una de las cosas más impresionantes, más preocupantes que se fue develando durante la investigación en la preparación de esta serie, es como evidentemente la industria farmacéutica termina espiando a las propias farmacias para saber realmente qué está pasando con sus productos y cómo poder aumentar o posicionar aún mejor sus productos en el mercado.
Por eso las farmacéuticas usan las nuevas tecnologías para conocer cuáles son las pautas de prescripción de los médicos, si yo puedo saber que prescribe un médico, puedo hacer estrategias de marketing que me permita lograr los objetivos de ventas, así que las farmacéuticas compran la información sobre las recetas, directamente a las farmacias y se gastan casi 20 millones de dólares al año simplemente pagándole a los farmaceutas para que dejen fotocopiar o para que dejen obtener la información de lo que los médicos están formulando y tener esa valiosísima información.
Indudablemente pueden haber muchos problemas de corrupción, que se están moviendo en algo que no puede ser corrupto como es el acto médico, que busca lograr que su paciente recupere la salud perdida.