Los psicobióticos entonces nos llevan ahora a entender la importancia de recuperar esas prácticas antiguas de la preparación de alimentos fermentados, para encontrarnos con lo que podríamos llamar psiquiatría nutricional.
Es decir que el psiquiatra ahora mejore, optimice, regule la función intestinal, mire la naturaleza de la dieta, aporte los elementos ortomoleculares nutricionales que ayudan entonces a este tipo de pacientes. Porque cuando hablamos de alimentos fermentados sabemos que los procesos necesarios para fermentar alimentos están presentes en la tierra desde que el hombre apareció en escena, es decir, ya la fermentación ocurría, ya los procesos de fermentación eran parte normal del muchos de los fenómenos químicos y moleculares que se presentaban normalmente en los alimentos que estaban entrando en fases de descomposición.
Cuando estudiamos estos alimentos, de hecho, estamos estudiando las relaciones más íntimas entre el hombre, un microbio y los alimentos.